Thursday, January 29, 2009

Capitalismo del siglo XXI

MARIANELA PALACIOS R.
mpalacios@prensa.com

“El mundo está fuera de quicio” y siento la “suerte maldita” de tener que “ponerlo en orden”. Son fragmentos de un diálogo de Hamlet, en el primer acto del drama de Shakespeare. Pero bien podríamos haberlos asociado con el discurso de más de un jefe de Estado en ejercicio: desde Hugo Chávez que viene predicando sobre el socialismo del siglo XXI, hace rato, hasta Nicolás Sarkozy que, tras el estallido de la crisis financiera, planteó la urgente necesidad de refundar el capitalismo.

Refundar el capitalismo significa “salir del mito de la infalibilidad del mercado”, explicó el Presidente francés cuando tocó el tema por primera vez en 2008. “Nuestra responsabilidad es reconstruir el sistema financiero y monetario mundial, como se hizo en Bretton Woods después de la Segunda Guerra Mundial. No podemos seguir manejando la economía del siglo XXI con los instrumentos de la economía del siglo XX”, acotó.

Se aspiraba a que en la cumbre del G-20 que se hizo en Washington, en noviembre, se sentaran las bases de ese “capitalismo del siglo XXI” y por eso se etiquetó aquel evento como Bretton Woods II, pero las enormes expectativas creadas no pudieron ser cubiertas.

No era para menos. La tarea de terminar con un capitalismo financiero dirigido a la búsqueda desenfrenada de la ganancia a corto plazo y basado en la especulación y la renta, para dar paso a un capitalismo “ético” basado en principios de justicia y responsabilidad moral y social, era una tarea titánica: no solo implicaba cambiar las reglas del orden económico mundial, sino moderar la naturaleza humana y comprometer incluso a los libertarios con el propósito de limitar las libertades y los intereses individuales. Toda una paradoja.

Recordemos los hechos: Crisis subprime en Estados Unidos (EU). Mueren los íconos de la innovación financiera mundial: Lehman Brothers se declara en bancarrota, Merrill Lynch se salva de la quiebra al ser comprada por Bank of America. Wall Street se desploma. Caídas bursátiles sin precedentes se replican a lo largo y ancho del planeta. La estafa de Bernard Madoff. Los planes de rescate multimillonarios anunciados por EU, y países asiáticos y europeos no logran detener el descalabro. La desconfianza y la incertidumbre que se apoderaron de los mercados empiezan a tener efectos en las economías. Los países desarrollados que representan casi el 80% del PIB mundial entran en recesión.

Ese cúmulo de circunstancias que vividas en los últimos dos años parece haber restado más popularidad al capitalismo, que todas las experiencias comunistas ensayadas y toda la retórica anti-libre mercado acumulada hasta la fecha.

Quizá sea por eso que el péndulo de la historia parece estar alejándonos ahora del modelo estadounidense que respondía a la fórmula de “mercado máximo y Estado mínimo”, y acercando más al asiático, que se caracteriza por un mercado regulado por el Estado, o al europeo, en el que la “sociedad del bienestar” define la relación entre mercado y Estado.

En cualquier caso, sobre todo por los dramáticos niveles actuales de pobreza (hay más de mil millones de personas que sobreviven con menos de un dólar por día, según el Banco Mundial), el consenso apunta a que el nuevo modelo debe privilegiar la justicia social y a que, como plantearon los premios Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Paul Samuelson, llegó la hora de una mayor regulación y nuevas instituciones internacionales.

En lo inmediato, según voceros de la Fundación Libertad, todo indica que pasaremos por una etapa caracterizada por el intervencionismo estatal y un combate a la recesión al estilo keynesiano clásico, es decir, ampliando las redes de subsidios, construyendo grandes obras públicas, bajando impuestos y estimulando el consumo, aunque eso afecte mucho los déficit fiscales.

Regla de oro

El capitalismo que servirá en el siglo XXI será aquel que logre hacer que el interés egoísta sirva al interés general, tal como ha sugerido Bill Gates con su idea del “capitalismo creativo”.

“El sistema capitalista, impulsado por el interés egoísta, es el motor de las innovaciones que han mejorado nuestras vidas. Pero para que estas beneficien a todos, tenemos que refinarlo”, destacó el fundador de Microsoft y tercer hombre más rico del planeta, según la revista Forbes. “El desafío es diseñar un sistema en el que los incentivos de mercado, incluyendo las ganancias y el reconocimiento, promuevan esos principios para hacer más por los pobres. Esto implica un enfoque en el que gobiernos, empresas y entidades sin ánimo de lucro trabajen juntos para ampliar el alcance de las fuerzas del mercado, de modo que más gente gane, haciendo lo que se necesita para reducir las desigualdades”, declaró Gates.

Deudas con 12 ceros a la derecha

Goldman Sachs Group calculó la semana pasada que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para hacer frente a los problemas económicos, tomará deuda a un nivel récord de 2.5 millones de millones de dólares en el año fiscal que comenzó el pasado 1 de octubre, reportó Bloomberg. Esa cifra contrasta con los 892 mil millones de dólares en pagarés y bonos vendidos del período anterior.

En Europa, los rescates financieros y medidas anticíclicas también llevarán a los Estados a subir sus niveles de deuda pública, pero las emisiones anunciadas hasta la fecha no sumarán tantos ceros a la derecha del saldo deudor. El gobierno del primer ministro británico Gordon Brown, por ejemplo, planea ventas de deuda por 146.4 mil millones de libras (202.7 mil millones de dólares) en el año fiscal que termina el 31 de marzo de 2009, frente a los 58.4 mil millones de libras de los 12 meses anteriores.

No comments: